A la hora de comprar un toldo, el cliente debe estar completamente convencido de que adquiere exactamente el que mejor se adapta a sus necesidades y condiciones. Por ello, es importante mostrarle, tanto los modelos que el profesional cree que pueden cubrir sus expectativas como, por supuesto, darle a conocer los tejidos con los que se pueden elaborar y los pros y contras de cada uno de ellos.
¿Y cuáles son las características que pueden hacer que los conocidos como tejidos técnicos puedan ser los más apropiados para recomendar? En primer lugar, hay que destacar que se trata de tejidos creados a partir de una estructura membranosa de PVC y poliéster o fibra de vidrio, lo que permite calificarlos como de última generación.
De hecho, se trata de que den respuesta a situaciones en las que otro tipo de tejidos no brindan las prestaciones o no pueden llegar a prestar el servicio que realizan éstos ni con las mismas garantías de resistencia y flexibilidad –fundamentales en toldos exteriores especialmente expuestos a climatologías adversas-.
Por ello, los tejidos ténicos se elaboran teniendo en cuenta las necesidades reales de los clientes y tomando como base amplias informaciones del uso que se le vaya a dar. De ahí que, por ejemplo, sean especialmente duraderos y ofrezcan, además de un gran aislamiento térmico, una impermeabilidad absoluta.
De la misma forma, se ha conseguido que, mediante los tratamientos a los que son sometidos, las tareas de limpieza y mantenimiento sean sencillas sin que eso afecte de ninguna forma a su funcional estética o reste en alguna medida sus prestaciones.
Igualmente, destaca que los tejidos técnicos pueden emplearse en la elaboración de cualquier modelo de toldo, lona, carpa, pérgola e, incluso, en los diseños más novedosos o de requerimientos especiales ya que, si el cliente así lo requiere, incluso es posible aplicarles tratamientos ignífugos.
Foto: La velería