Todos los años sucede lo mismo. Se acerca el verano, abres el toldo de la terraza para comprobar su estado y, oh, sorpresa, lo que te encuentras no es exactamente lo mismo que dejaste unos meses atrás. Y es que los toldos, aunque sólo los usemos cuando sale el sol, precisan cuidados durante todo el año. Pequeños hábitos que con un mínimo esfuerzo te ayudarán a mantener tu toldo en perfectas condiciones durante muchos años.
Los expertos en la materia alertan de que el principal peligro para los toldos es recogerlos y olvidarse de ellos durante todo el invierno. Aconsejan desinstalar el faldón si va a estar más de 15 días sin uso y guardarlo enrollado en un lugar seco y protegido. Durante el periodo de uso, conviene extender el toldo todos los días, para evitar así la aparición de manchas de humedad que pudieran deteriorar la lona. Si ésta se ha mojado, debes evitar enrollarla hasta que esté perfectamente seca.
La limpieza cotidiana de tu toldo es imprescindible y muy sencilla de realizar. Basta con pasar un aspirador por la lona para su mantenimiento regular y frotarla esporádicamente con un cepillo suave con agua tibia y jabón neutro. Nunca emplees disolventes ni detergentes abrasivos, que acortarán la vida de tu toldo. No olvides esperar hasta su completo secado para recogerlo.
Los instaladores de toldos recomiendan realizar revisiones periódicas de las partes fijas y el motor del toldo, y esto ya es competencia de los expertos. Una puesta a punto anual, realizada por profesionales, evita que las desagradables sorpresas lleguen justo en el momento en el que más necesitas la buena sombra de tu toldo.
Foto: Toldos Zamorano