A punto de terminar la temporada de piscinas y teniendo en cuenta que los accidentes en las piletas pueden darse también en invierno, las empresas de toldos pueden jugar durante esta temporada su baza en la venta de todo tipo de cubiertas y persianas con las que proteger la instalación y evitar estos accidentes.
No se trata de alarmar innecesariamente, pero tal y como indican los datos que publica la Asociación para el Estudio de la Lesión Medular Espinal (AESLEME), anualmente llegan a contabilizarse una media de 100 casos de tetraplejia por zambullidas indebidas en las piscinas.
En muchos casos, la responsabilidad directa recae sobre el bañista, que ha hecho un uso indebido de la instalación. Sin embargo, en otras ocasiones, las contusiones y lesiones –de las que los niños son las víctimas principales- se deben a caídas y resbalones que pueden evitarse instalando vallas, cubiertas y cobertores en la piscina.
En España no existe una regulación específica sobre las medidas de seguridad que deben poseer las piscinas privadas, por lo que hay que hacer especial hincapié en que sean los usuarios de las mismas los que se conciencien de la importancia de las mismas.
En este sentido, las lonas y los cobertores de seguridad cumplen a la perfección con esta función. Además de favorecer un mejor mantenimiento de la piscinas, su instalación tensionada y a ras del agua permite que no haya hundimiento en caso de caída.
Se suele recomendar que las cubiertas sean de lamas o rígidos para soportar sin problemas el peso, aunque también hay que tener en cuenta que no todos los modelos pueden ser considerados una medida de seguridad eficaz.
También destaca que, gracias a los avances tecnológicos del sector, los materiales que se emplean son cada vez más resistentes y, a la vez, ligeros, y que los sistemas de extensión y recogida de las lonas y cobertores pueden estar completamente automatizados, lo que facilita estas tareas y supone otro punto a su favor para la instalación.