Dentro de la gran variedad de modelos de toldos que hay en el mercado actualmente, uno de los más conocidos y demandados es el toldo de punto recto, que está especialmente diseñado para instalarlo en ventanas y ventanales sin balcón –aunque la creación de nuevos modelos permite adaptarlo igualmente para otro tipo de estructuras-.
Simpleza y resistencia
Conocido también como toldo de brazos, se trata del primer sistema que se ideó para la instalación de lonas en fachadas, por lo que es uno de los más sencillos pero, también, uno de los más resistentes frente a todo tipo de circunstancias y condiciones climatológicas más o menos adversas.
De hecho, cuando se prevé que la instalación va a estar sometida a vientos relativamente fuertes se pueden instalar brazos con muelle de tensión para garantizar la seguridad y evitar el movimiento constante de la lona.
Encuadrado dentro del tipo de protectores de sistema enrollable, se puede sujetar al techo en el caso de los modelos frontales, o a las paredes cuando se trata de diseños laterales. También cabe la posibilidad de realizar una doble sujeción con total independencia de los soportes de los brazos.
Además, permite la extensión y recogida tanto manualmente gracias a una manivela, como sin que sea necesaria la fuerza humana. Algo que se consigue con un pequeño motor que, incluso, puede accionarse automáticamente a través del correspondiente mecanismo que permita programarlo.
Diversas opciones disponibles
Los materiales con los que se suele fabricar la estructura son acero o aluminio inoxidable para garantizar ligereza y, a la vez, la mayor resistencia. No en vano, la medida máxima que puede alcanzar la salida del toldo son los 2 metros con una línea de hasta 6 metros, por lo que es fundamental asegurar la estabilidad de la misma.
Respecto al tipo de lona que se emplea destaca que puede emplearse cualquier tipo de material, y que los últimos modelos que se fabrican apuestan por los tejidos acrílicos y de última generación gracias a las ventajas que ofrecen con respecto a los más tradicionales –especialmente por su mayor impermeabilidad y resistencia al viento-.