Un toldo acumula un montón de polvo y escombros, ya que siempre esta al aire libre. Además, a ello se le añade que los pájaros también manchan los toldos. En estas ocasiones es mejor que laves tan pronto como sea posible el toldo, ya que los excrementos de aves contienen un ácido que arruina los toldos. Lavar un toldo puede ser un gran desafío ya que son altos y difíciles de alcanzar.
Una manguera a presión es la mejor solución a a la hora de hablar sobre limpieza de toldos. Hará tu vida más fácil cuando estés lavando un toldo. Cuando la utilices, asegúrate de que estás lejos del toldo y de que el nivel de presión es el deseado. Si es muy fuerte puede provocar una abolladura e incluso crear un agujero en el material del toldo.
Cuando se requiere una limpieza más profunda, no laves el toldo con una solución fuerte o un limpiador abrasivo. Comprueba si el agente de limpieza daña tu toldo colocando una pequeña cantidad, sin frotar, en un lugar que no sea muy sensible y déjalo secar. Si lo dañas no lo utilices, de ser al contrario aplícalo.
Para que la limpieza nos resulte más eficaz, es conveniente quitar el polvo antes de aplicar el jabón líquido. Nunca hagas uso de una gran cantidad de jabón, puesto que es difícil de remover.
Nunca utilices blanqueador en un toldo ya que puede causar que el material del toldo cambie de color y puede deteriorarlo.
El polvo almacenado en el toldo puede ser cepillado con una escoba doméstica, un cepillo o con un aspiradora pequeña y larga.
Si el toldo tiene manchas deberán ser limpiadas mientras esta húmedo, puesto que si no es así, solo lograrás dañarlo. Puedes intentar utilizar bicarbonato de sodio para limpiar algunas manchas. Bastará con aplicar un poco de éste, dejarlo reposar sobre el toldo cinco minutos y enjuagar el bicarbonato de sodio. Jamás utilices agua caliente.
Cualquier tipo de toldo necesita ser aceitado, al menos una vez por temporada. De esta manera, evitamos que las partes metálicas se oxiden y se desgasten innecesariamente.
Foto: Catalana de Toldos