Los toldos verticales, también conocidos como cortavientos, son aquellos que se presentan con un diseño similar a un estor y se suelen instalar en espacios que se desea aprovechar al máximo –balcones, terrazas, pasillos exteriores, patios, etc.-. De hecho, su principal ventaja es su resistencia y su adaptabilidad, ya que no requiere voluminosas estructuras y proporciona todos los beneficios de un toldo tradicional.
Estructuras ligeras y resistentes
Se compone de dos guías laterales gracias a las cuales es posible subirlo y bajarlo y un perfil en la parte inferior de la lona que, normalmente, ofrece la posibilidad de anclarse a barandillas o repisas para proporcionarle aún más estabilidad. Igualmente destaca que esta estructura se fabrica con materiales ligeros pero muy resistentes –como el aluminio o el acero inoxidable-, lo que facilita su instalación en todo tipo de fachadas y superficies.
Por otra parte, el material que se emplea en la lona puede ser el mismo que en cualquier otro modelo de toldos –PVC, poliéster, tejidos de última generación, etc.- y se elige según la finalidad que le quiera dar. Una diferencia con respecto a otros diseños es que, en este caso, se pueden emplear tejidos semi opacos que, aunque protejen completamente de los rayos ultravioletas, favorecen también la entrada de la luz natural y un mayor ahorro de energía.
Posibilidad de personalización
Su versatilidad permite que se pueda emplear tanto en espacios residenciales como en zonas comerciales y cubrir las necesidades específicas de cada cliente. Incluso, cabe la posibilidad de personalizar el tamaño y hacerlo viable para grandes superficies –ventanales, estructuras acristaladas, etc.-
También existen versiones motorizadas que, además, se pueden completar con sensores de viento y sol y con todo tipo de sistemas de automatización –personal o inteligente-. Y, si bien en estos casos el precio puede ser más elevado, es importante acudir a las empresas especializadas para que aconsejen sobre las mejores opciones disponibles y puedan adaptar el presupuesto a las necesidades reales que se disponga.