¿Sabías que disponer de un toldo te conllevará un gran ahorro energético? Sigue leyendo y descubre cómo.
Actualmente puedes utilizar un toldo para dar sombra a una ventana o para dar sombra a un lado entero de tu casa, pero en el pasado, la mayoría de los toldos estaban hechos de metal o de lona. Los toldos actuales se hacen de tela sintética tales como el acrílico y el polivinilo que son impermeables y están tratadas para resistir el moho y la decoloración. Pero, ¿en qué fijarse a la hora de comprar un toldo? ¿Cómo se puede ahorrar más?
Cuando los toldos son de tela, debes elegir la tela opaca y que tenga tejido firme. Un toldo de color claro reflejará más la luz del sol.
Los toldos requieren ventilación para no atrapar el aire caliente alrededor de la ventana. Los ojales u otras aberturas a lo largo de las tapas y de los lados de un toldo, pueden proporcionar ventilación. El toldo puede también abrirse a los lados o en la parte superior para ventilar el aire caliente.
Un toldo pequeño, horizontal, sombreará toda una ventana con vista al sur durante el verano, una con vista al este u oeste, necesitará un toldo que se extienda hasta cubrir un gran porcentaje de la ventana. Los toldos llamados venecianos, pueden ajustarse junto con el ángulo en los cambios del sol. Los toldos venecianos, sin embargo, no son generalmente eficaces en el bloqueo de luz del sol directa en ventanas con vista al sur. Los toldos capilla con lados adicionados para bloquear al sol son más eficaces.
Hoy en día existen una gran cantidad de tejidos técnicos que además de su gran duración no decoloran, pero también, hay telas microperforadas que reducen el factor solar a sólo 0.06. Otra tela es el poliéster tejido cubierto con PVC y el acrílico tintado en masa entre otras.
Ya puedes enrollar los toldos ajustables o retractables en el invierno dejando que el sol caliente la casa. Los brazos laterales, hacen que el proceso resulte más fácil.
Foto: Toldos Gómez