Las coberturas son un accesorio imprescindible para las piscinas, tanto si éstas tienen un uso continuado como si se dejan vacías durante la temporada invernal. A lo largo de todo el año, un buen cobertor protegerá al vaso de las inclemencias del tiempo, evitando así el desgaste de los bordes.
Pero los beneficios de las lonas de piscina se perciben de una forma directa y constante en el día a día. Al proteger el agua de impurezas, contribuye a alargar la vida útil del líquido elemento, manteniéndola limpia de tierra, hojas, insectos y partículas ambientales. Esto redunda en beneficio de la bomba, que tiende a mantenerse en perfectas condiciones durante más tiempo.
Por otra parte, los cobertores ayudan a mantener la temperatura del agua de manera constante sin necesidad de recurrir a productos químicos. Además, son un elemento básico de seguridad, especialmente si hay niños pequeños, personas mayores o mascotas en casa, ya que evita las caídas accidentales.
A la hora de elegir un modelo, se nos presentan dos opciones básicas. Por un lado, están las sencillas coberturas de plástico, que flotan sobre el agua. Son los modelos más económicos del mercado, y se realizan a medida, sea cual sea la forma de la piscina. Sin embargo, no están indicadas para evitar las caídas al vaso, ya que no soportan el peso de un niño.
Los cobertores de vinilo son más caros, pero tienen prestaciones superiores, ya que podrían sostener a varios adultos de pie, por lo que cumplen a la perfección el cometido de la seguridad. Además, este tipo de lonas puede venir con un cómodo sistema de extendido y recogido automático.
Foto: Toldos Neska